No sabía si podía notar como la piel se le había desgastado entre el resfriegue, el lavado y el sol. Estaba usada y poco tersa, ya encontraría que hacer con ella. A contraluz no podía ver el rostro de la figura masculina que se erguía ante ella, pero la voz la reconocería en cualquier parte. Había esperado su regreso, fue un límite preciso hace unos años, "el hombre prohibido", ícono de toda posibilidad desconocida, sinuoso, oscuro, misteriosamente atrayente, y ahora se posaba plácidamente a su lado.
"hola"
hola. Sencillo, cotidiano, irreal. Una burla. Aún así se cuestion